
Después de una junta de negociación contractual este martes entre la administración de Pomona College y representantes del sindicato de cocina de Pomona, algunos miembros del sindicato le dijeron a TSL que si no se llega a un acuerdo en la próxima junta, es posible que lleven a cabo un voto de huelga.
“A este punto, sentimos que no nos están tomando en serio” dijo Edward Mac, quien es cocinero en Pomona y parte del equipo de negociadores del sindicato. “Y lo que pasa es que nosotros tomamos seriamente estas negociaciones, así que estamos considerando medidas adicionales”.
En las pasadas tres semanas, los trabajadores de cocina de Pomona organizaron una serie de demostraciones impulsadas por la primera junta para negociar su nuevo contrato que ocurrió el 17 de agosto. En la junta, los trabajadores pidieron un aumento de $9.40 este año– que sumaría a un salario mínimo de $20– y Pomona originalmente ofreció una contraoferta de $2.80 dividida en los siguientes tres años.
Respondiendo a la contraoferta, cientos marcharon para apoyar al sindicato de trabajadores en una demostración del día del trabajo, y luego, por dos martes seguidos, docenas de estudiantes y trabajadores marcharon a la oficina de la presidenta de Pomona G. Gabrielle Starr para abogar por la cuestión.
El fin de semana después de la primera delegación que fue enviada el martes, Pomona decidió poner una junta de negociación contractual para el 20 de septiembre. La junta se llevó a cabo en un edificio administrativo propiedad del departamento de servicios de los Claremont Colleges y duró más de cuatro horas.
Durante la junta, la delegación de Pomona fue liderada por el nuevo tesorero Jeff Roth, según Rolando Araiza, un trabajador de cocina presente. Roth comenzó a trabajar en Pomona dos semanas antes de esta junta de negociación contractual.
Araiza le dijo a TSL que la propuesta presentada por Roth fue un aumento total de $4.80 dividido en un contrato de cuatro años con un bono de $1000 para el primer año. La propuesta original de agosto fue un aumento de $2.80 dividido por tres años.
“Esta nueva propuesta incluye prácticamente el mismo aumento que se negoció para el pasado contrato en 2019. Este previo contrato se venció en julio”, añadió Araiza.
“No vimos ningún cambio, para ser honestos,” Araiza le dijo a TSL.
En un correo a TSL, Roth dijo que la nueva propuesta por parte de la administración de Pomona fue “significativamente más alta que la oferta inicial” presentada en la junta del 17 de agosto, y que mostraba “que tan en serio la administración se está tomando estas negociaciones.”
“Creemos que el anterior contrato de cocina fue un paso adelante significante, que ofrecería verdadero progreso en abordar las presiones del costo de vivienda a las que nuestros trabajadores se enfrentan, y ahora buscamos sumar a estos logros para nuestros equipos de dining y catering con nuestro próximo contrato,” Roth le dijo a TSL mediante un correo.
Sin embargo, en los pasados 12 meses, el índice de precios al consumidor subió un 7.6 por ciento, y algunos trabajadores de cocina aseguran que ahora, los salarios establecidos en su anterior contrato no son suficientes para poder cubrir sus gastos.
“El costo de todo está subiendo, pero nuestra paga está estancada,” dijo Aaron Archer, un trabajador de Café 47. “Y eso no impide que suba nuestra renta. Eso no impide que nuestras compras del supermercado suban de precio. No impide que suba el costo de vivienda.”
Mac dijo que para poder vivir en La Verne, de donde se viene a trabajar a Claremont en bicicleta, tiene dos trabajos y medio, que abarcan todos los días de la semana.
“Tengo una mamá que tiene cáncer, vivo con mi familia y yo ayudo a mantenerlos,” dijo Mac. “Y es muy difícil porque algún día quiero poder mudarme y comprar una casa… y va a ser muy difícil poder pagar estas cosas.”
En la negociación más reciente, los representantes del sindicato mostraron una calculadora del costo de vivienda creada por MIT que demostraba que los trabajadores de Pomona requerían salarios más altos para poder cubrir sus gastos debido al alto costo de vivienda en el condado de Los Ángeles, según Jessica Shen-Wachter SC ’24, quien estuvo presente en la junta.
“No soy el único que trabaja tanto,” Mac le dijo a TSL. “Hay muchos otros empleados que trabajan doble turno, que trabajan seis o cinco días a la semana, que trabajan más de 12 horas al día solo para poder llegar a fin de mes, para tener suficiente dinero para pagar su renta y mandar a sus hijos a la escuela.”
Dependiendo de los resultados de la siguiente junta de negociación contractual, que está agendada para el 29 de septiembre, existe la posibilidad de que se tomen medidas adicionales para lograr las metas del sindicato.
Shen-Wachter, una de las líderes de la Alianza entre los estudiantes y trabajadores de Claremont (CSWA), nos compartió como la junta recalcó que los contratos no solo se ganan en las negociaciones, sino también en la organización laboral.
“Por su propia voluntad, Pomona nunca va a regresar con una propuesta satisfactoria, al menos de que los presionen considerablemente. Simplemente, no está en sus intereses materiales,” dijo Shen-Wachter. “Para que los trabajadores aquí consigan los aumentos que quieren, merecen y necesitan, van a tener que tomarlo. No va a ser algo que Pomona nada más les dé.
Mac dijo que además de la paga, es muy importante para él que a los trabajadores se les trate con dignidad.
“Quiero que Pomona nos respete y respete nuestro trabajo,” dijo Mac. “El trabajo que hacemos es uno especializado.”
Roth le dijo a TSL que Pomona respeta y aprecia al equipo de cocina y catering.
“Todos compartimos la meta de proveer sueldos excelentes combinados con un paquete excepcional de beneficios para apoyar a nuestros trabajadores y a sus familias,” dijo Roth.
Sin embargo, Mac dijo que el hecho que la administración no logre cumplir las necesidades monetarias de los trabajadores demuestra que no logran entender qué significa trabajar en la cocina de Pomona cada día.
Me gustaría que alguien de la administración viniera e hiciera mi trabajo por un día. Que vinieran a las seis de la mañana, le prepararan café a los estudiantes, hicieran los burritos a las siete, hicieran los bowls de açai un poco más tarde y luego tomaran su descanso a tiempo,” dijo Mac.
“Que se tomaran 30 minutos antes de su quinta hora, que regresaran y prepararan el almuerzo, que supieran cuánto pollo se debe descongelar o cuanto pescado se debe cortar al día para asegurarse que haya suficiente, que no se pasen, y que luego hicieran el servicio del almuerzo para los estudiantes. Y después de todo eso, que entraran a su siguiente turno y lavaran miles de platos. Y luego de eso que se fueran a dormir por seis o siete horas, solo para volver a hacerlo todo otra vez el siguiente día.”